Es la presión existente
en los vasos sanguíneos y en el corazón necesaria para mantener la circulación
de la sangre en el organismo y, por tanto, para suministrar oxígeno a todo el
cuerpo.
La presión
arterial puede registrarse fácilmente,
sin esfuerzo y de manera indolora, lo que supone una ventaja tanto para los
pacientes como para los médicos. Además la medición de la presión arterial
tiene un coste mínimo. Estos factores convierten los controles de la presión en
un método de reconocimiento disponible y aplicable en prácticamente cualquier
lugar. La presión sanguínea se mide en mmHg (milímetros de mercurio). Los
valores de presión arterial normales en los adultos se sitúan aproximadamente
en 120/80 mmHg, a partir de 140/90 mmHg se habla de hipertensión arterial. La
primera cifra se denomina “valor sistólico”; la segunda es el “valor
diastólico”.
Una red de nervios,
hormonas y estructuras cerebrales se encarga de regular la presión sanguínea.
Es totalmente natural que fluctúe a corto plazo, debido por ejemplo a esfuerzos
físicos, excitación mental, consumo de café u otros factores. Sin embargo, las
oscilaciones continuadas de la presión arterial, en especial la hipertensión
constante, han de ser evaluadas por el médico, puesto que pueden constituir un
indicio de ciertas enfermedades o derivar en patologías graves como el infarto
cardiaco o el accidente cerebrovascular.
La presión arterial
también puede ser demasiado baja (hipotensión). Los pacientes suelen percibir
esta condición con más facilidad que en el caso de hipertensión. Las personas
hipotensas se sienten a veces cansadas y faltas de energía. Además se marean
con rapidez, por ejemplo al levantarse tras pasar un tiempo sentadas o
tumbadas. Al contrario de lo que ocurre con la hipertensión arterial, unos valores
reducidos de presión arterial por lo general no entrañan un riesgo para la
salud salvo que la hipotensión sea consecuencia de una enfermedad de base que
debilite el corazón (por ejemplo, insuficiencia cardiaca).
La presión sanguínea
representa la presión generada por el latido cardiaco y el transporte de la
sangre en los vasos sanguíneos. Se expresa en mmHg (milímetros de mercurio) o
en kPa
El nivel de presión
sanguínea depende fundamentalmente de tres factores:
o
La tensión activa de los vasos sanguíneos
(tono vascular)
o
La elasticidad de la pared vascular
o
El débito cardiaco
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